Es claro que si una comunidad actúa bajo ciertos parámetros de convivencia y respeto tanto así mismo como hacia los vecinos y en un en un entorno visualmente agradable, el trato entre vecinos tiende a mejorar, la seguridad a causa de la solidaridad se vuelve una constante y la autoestima común se eleva, así la herencia cultural trasmitida a niños y jóvenes redundara en el bien estar de la comunidad.
En 2016 se desarrolló el proyecto Mi barrio, mi gente en el barrio Mercedes de Calahorra de Chía, un proyecto de impacto social con el cual se realizaron intervenciones de tipo cultural y social que permitieron que los habitantes del barrio se concientizaran sobre la importancia de ser “un vecino que marca la diferencia”.
La idea de ser un ciudadano ejemplar, va de la mano con crear vínculos de buena convivencia entre vecinos y estimular el amor y sentido de pertenencia por el sector en el que se reside.